Kalim, El explorador

Kalim 

El explorador











(Narrada e ilustrada por C. H. Umma)




[El siguiente fragmento es una reestructuración del compendio “La Historia de la tercer Era, Rom Kim Gummal, historiador de la nueva orden del Tercer Ciclo”. El tomo seguirá siendo obra de Gummal, y mi humilde intervención será parte del prólogo del mismo, esta nota al inicio será parte de la estructura preparatoria, en caso de que alguno quiera diferenciar esta edición de la anterior dejamos libre a cualquier escriba se tome la libertad de eliminar esta nota si así lo consideran prudente para futuras ediciones.  ]


El fin de la segunda era


Los historiadores no tienen claros algunos detalles del fin de la segunda era, pero, se tiene certeza de quien y como dio fin al mundo como lo conocían.  Es irónico como un solo hombre, con una única acción terminó de derrumbar, hasta los cimientos, lo que quedaba de una gran civilización.  Cuentan las crónicas antiguas de Hurthaal, el comerciante, que antes del fin, la segunda era fue una próspera civilización global.  En todas direcciones podían encontrarse asentamientos humanos. Desde pequeñas comunidades de unas decenas de habitantes, hasta megalópolis de decenas de millones. Su extensión no se limitaba a los parajes factibles, donde había suficiente comida, agua y espacio, sino también a las inmediaciones más insólitas, como las heladas montañas o los abrasadores desiertos del oriente. No había condición climática que los frenase. Muchos coinciden en que este desarrollo y capacidad fue lo que los mandó a la ruina, y posterior extinción. 


Esta gran capacidad tecnológica y científica fue alimentada no solo por el hambre de conocimiento, el progreso, y la necesidad, sino también por la arrogancia y la avaricia de los humanos. Observamos en variados restos arqueológicos como esta civilización llenó sus mares de basura,  barrió la flora, y devoró la fauna que habitaba el mundo. Luego de quedarse prácticamente solos, fueron condenados por los eventos climatológicos y sociales que siguieron a su irresponsable y egoísta expansión.  Algo digno de remarcar fue su capacidad de cambiar la naturaleza del planeta, proeza que incluso hoy se atribuye solo a la madre tierra, o a entidades supra humanas, consideradas prácticamente Dioses. Esta civilización transformó el planeta de su tiempo, un lugar acogedor y protector, en una gran tormenta global, donde nada seguía ya los viejos ciclos y el caos se apoderó del cielo y la tierra. 


Es en este punto que los humanos de esta era comenzaron a dudar de su ciencia y voltearon a sus viejas deidades y respuestas primigenias. Por cerca de veinte vueltas solares se conformó un gremio de buscadores de la antigua verdad, exploradores del mundo ancestral.  Con el tiempo se definió como una heroica profesión, pues eran los únicos que seguían soñando con la esperanza de encontrar salvación en este tormentoso desenlace. Dentro de los registros aparecen, al menos, una decena de nombres importantes, pero uno de ellos se repite con vehemencia y se le alude la acción de fraguar el destino de esta gran civilización, Kalim Napur, el último explorador. Hurthaal es de los pocos autores previos que recrea con claridad los últimos eventos de la última catastrófica acción de este célebre explorador. 


A Kalim se le atribuye el comienzo de la búsqueda de las siete grandiosas virtudes, o los 7 grandes creadores (esta segunda denominación no fue tan común y solo se encuentra en un par de tablillas encontradas en lo que hoy es el desierto de las Américas). En numerosos pergaminos y tablillas se describe un receptáculo, una especie de arca, que contenía a 7 grandes y poderosos elementos. Kalim aseguraba que estas grandes virtudes le hablaban en sueños, le pedían las encontrase. En sus sueños, él estaba seguro, se le mostraba la solución a los grandes errores de su raza, la solución yacía en esta onírica arca. Con las virtudes de su lado, él aseguraba poder frenar y revertir el daño que sus precursores habían causado al mundo. En muchos documentos, que se presume eran parte de sus escritos, describe las pistas esquivas que había discernido en estos sueños. Aclara también que estas revelaciones las tuvo por un lapso de 7  ciclos solares , cada 7 noches , con una duración de 7 horas. Se le leía continuamente repetir el número 7, decía, que este número era la cifra sagrada, la cantidad “necesaria” o “total”. A lo largo de esta etapa temprana de Kalim, se reconstruye con dudosa certeza el mundo en el que este explorador se movía. Dudosa porque aparte de Kalim, tenemos muy pocas fuentes que respalden sus testimonios y narraciones. Se pueden dibujar 3 definidas etapas en el desarrollo de este personaje, sus inicios, la búsqueda, y el declive. En esta última etapa se tienen la menor cantidad de textos, ya sea de él o de cualquier otro historiador o escriba. Se presume que esto se debe a que es en esta última fase cuando la segunda era colapsa y se pierden por varios cientos de años los pocos registros escritos de lo que aconteció en el mundo. 


De la segunda etapa, considero que es interesante mencionar, cómo, en un segmento de los diarios (de los cuales tengo copias manuscritas de 3 de los 9 documentos conocidos) de un presunto Chaman  del centro de el gran continente, cuya ubicación exacta se ha debatido y aún hoy en día no se tiene respuesta exacta, se menciona su encuentro con Kalim. A continuación transcribo textualmente dicha  sección:



Y se acercó a mí este pequeño hombre, vistiendo con una indumentaria extraña y sonriéndome como si yo fuese la solución a sus problemas. Preguntaba acerca de muchas cosas, que yo intuía, no debía responderle. Los primeros días fui discreto y no contesté a casi ninguna de sus peticiones de información, solo mi nombre y mi ocupación pudo saber durante ese tiempo. Con las semanas comenzó a entender que lo que obraba en mí, no era de su incumbencia. Luego de varios meses sus furtivas cacerías en mi memoria dejaron de suscitarse. Pensé, ha entendido, pero me equivocaba, pues en su corazón había un gran vacío, un vacío que no podría llenarse jamás. Al año de su llegada y a meses de mostrar una aparente calma y tranquilidad comienzo yo a bajar la guardia, inconscientemente voy dejando que vaya sondeando mi memoria con inocentes preguntas. Poco a poco fue construyendo la respuesta que buscaba. Fue muy tarde cuando supe, que una mañana había salido a las montañas con suministros y equipo para cavar profundo en la tierra. A los 3 días de su partida, recuerdo, vimos salir de la gran montaña un estruendo maléfico, seguido de 7 oscuras sombras que se repartieron en las 7  direcciones del mundo. 


Este Chamán es reconstruido históricamente de varias fuentes. La primera fuente, de los últimos registros en el diario personal de Kalim, y de una serie de rollos de cuero encontrados en los restos de un monasterio milenario, al sur del gran desierto de las Américas. En los rollos se establece la idea de que este Chamán era uno de los últimos en una estirpe de sabios. Según se deduce del críptico estilo de escritura de estos rollos, este Chamán tenía un nombre impronunciable. No se sabe si realmente su nombre no podía decirse por cuestiones casuísticas, religiosas, o meramente lingüísticas. La raza o etnia a la que pertenecía es todo un misterio también. Aparte de este chamán, quien es mencionado en la etapa de “búsqueda”  y “declive” también se rastrean algunas correlaciones entre lo que representa él con respecto a una figura sin nombre que está presente en algunas de las visiones descritas de Kalim. A continuación incluiré la transcripción y traducción de un fragmento del documento (diario personal de Kalim) original recuperado del templo donde presuntamente se encontraba el “arca” de los 7 elementos, pues fue ahí donde se dejaron las últimas entradas del diario de Kalim, de las cuales hasta hace poco nos faltaba la última página:


“Septimo mes, séptima noche, tercera hora después del cenit lunar.

Las visiones se hacen más intensas. Me he despertado justo hoy de una de ellas. Aun no tengo claro que significan, solo sé que son persistentes, y que no son casualidad. Creo que hay algo detrás, algo que las presiona, las obliga a entrar en mi mente. No se bien como o que, o por que, solo se que esto no pertenece a mi inconsciente, ni a nada que sea parte de mi vida. En este sueño he visto una selva, espesa y de un verdor vibrante. Camino por entre la espesura de esta selva y de pronto me topo con un claro, que se ve bordeado de una extraña estructura, similar a una muralla. Me es fácil atravesarla y dentro hay un hombre en el centro de un extraño altar, tiene en sus manos un pergamino, lo sostiene y su rostro mira al cielo. Su expresión facial es como si estuviera en trance, con la boca abierta da la idea de estar rezando. Al acercarme puedo ver que su cabeza gira en mi dirección y veo que tiene los ojos blancos. Le pregunto quién es y su boca articula palabras, pero no las puedo escuchar. De un ademán me indica que me vaya, pero no le hago caso y me acerco más, cuando intento tomar lo que tiene en sus manos él se levanta, y con un extraño movimiento invoca a la selva y esta me arrastra fuera del claro y me lanza a un acantilado. Mientras voy cayendo veo que una cascada a la distancia estalla con un caudal violento de agua. por entre el agua de esta cascada veo unas ruinas y de la puerta veo que sale un fantasmal resplandor. cuando golpeo el suelo me despierto. Justo despertando tomo mi diario y escribo estas líneas, espero algún día esto me ayude a entender porque estoy teniendo estas extrañas experiencias oníricas.”


Se presume que este personaje es el Chamán en cuestión, pues Kalin alude a una de sus características principales, su nombre no puede ser nombrado, o articulado. Y además del nombre se tiene el detalle de que Kalim en su visión describe burdamente la cascada donde se encontraba una de las entradas al templo donde encontramos las últimas entradas de su diario. 


Hace algunas estaciones tuve la fortuna de entrar a la gran biblioteca de Burthania, y en la sección de fábulas y cuentos ancestrales encontré lo que sospecho, es la última página del diario de Kalim. Esta página ha estado perdida por inconmensurable tiempo, tanto, que se creía una invención. Aparte de esta página, que solo incluye un dibujo y una línea de texto al reverso, tenemos también la narración original de Gummal (recuperada también de esta biblioteca de Burthania, hace algunos ciclos) donde según sus fuentes y entendimiento de los eventos, clarifica lo que esta única línea de Kalim engloba. A continuación incluyo una transcripción fiel de ambos documentos:








Traducción del texto posterior:


¡Dios mío!, pero  ¿Qué he hecho?





Del texto de Gummal transcribo lo siguiente:

“y fue en este momento que Kalim Napur entendió que el arca se encontraba escondida en esa cámara en lo profundo de la tierra, por el bien de la humanidad. Todos esos años buscándola, lo llevaron a no pensar en porqué la habían escondido en primer lugar. Mientras los 7 genios se liberaban de su milenaria prisión, en la mente de Kalim resonaban las palabras del chamán que sin saberlo le reveló la ubicación de la entrada al templo:


"10 mil años han de pasar antes de atreverse a despertar a los durmientes de la lámpara, pues 10 mil años son necesarios para que su ira se consuma, de lo contrario, la humanidad volverá a ser destruida, y los que sobrevivan, tendrán la encomienda de empezar de nuevo la historia humana."




Hoy puedo asegurar, después de muchas entrevistas con otros escribas, historiadores, libros y manuscritos que hemos terminado por cerrar la historia del fin de la segunda era. Muchos detalles anteriores a este evento seguirán siendo un enigma, pero ahora tenemos claro exactamente qué acción llevó a la segunda humanidad a un definitivo final. Sus costumbres, artilugios, y creencias han muerto, y nada, salvo estas historias quedan de ellos. El destino de toda una civilización fue sellado por la liberación de 7 poderosas, y voraces, entidades antiguas las cuales terminaron de erradicar a los sobrevivientes de esa gran civilización.  Ya se entendía que la propia carrera tecnológica y económica de estos antecesores de nuestra raza los había llevado a acercarse al abismo de la extinción, y esta liberación de las 7 entidades fue el paso al frente que los terminó por destruir en el abismo del tiempo.  Esta historia antigua no es del conocimiento de muchos, pues tememos que si se sabe de la existencia de una civilización previa a la nuestra algunos débiles de espíritu o de mente quieran reproducir o continuar los ideales y prácticas destructivas de los antiguos. Nos reservamos el secreto de lo que eran y lo que hacían. Como guardianes del mundo y de nuestra raza jamás dejaremos que nuestro pueblo pase por un destino similar. Dejamos a los futuros lectores y ciudadanos del nuevo tercer mundo mediten sobre los hechos discutidos en estos tomos y les ayude a construir sabiduría.


Que la razón y la justicia inunde sus mentes,

Que el amor y la compasión brote de sus corazones,

Que la gran conciencia unificadora los contenga,

y que al despertar de este sueño,

 nos integremos de nuevo al todo. 










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