Divertimento.... Ensayo

 Nota aclaratoria del autor:

Este fue un ejercicio sobre escribir algo divertido. Algo que no hiciera directamente un juicio de valor sobre algo, solo retratar una cara de la moneda ( y hay que entender que esta “moneda” tiene más de dos caras, honestamente no sé cuántas posibles caras tiene). Este ensayo se llama Divertimento, y fue escrito hace más de 4 años. Espero que lo disfruten y se diviertan leyéndolo. Todo esto fue sacado de un mundo alterno, así que recuerden no tomarse nada en serio, al final el único responsable de su vida  son ustedes mismos.


La escuela de la vida

Cuando se me pidió escribir un ensayo para esta importante publicación no sabía bien que contarles. Sentado en mi estudio miraba en todas direcciones tratando de sacar del aire algún tema interesante, algo inédito, algo fresco. Luego, al detenerme en el muro donde tengo mis reconocimientos vino una memoria a mi mente, y fue cuando supe exactamente de qué trataría este escrito. Es una experiencia, una revelación, que tuve en mi primer día de escuela. Recuerdo que tenía 7 años y venía de una familia humilde. Mis padres se las habían ingeniado para conseguir un lugar en una renombrada escuela primaria. El primer día a cada prospecto se le hacía una entrevista personal. 

Estaba yo sentado ahí, esperando mi turno, en una sala enorme, llena de rostros con semblantes serios, temerosos, y perdidos. No sabía bien qué pensar, y de pronto una idea vino a mi mente: ¿Qué se sentirá ser libre?   Poder deslindarse de la carga que es asistir a la escuela, o de hacer deberes, o de leer libros de texto y cosas por obligación.  De pronto, una especie de revelación divina, se comienza a ver una imagen, una visión que poco a poco se va haciendo más clara. Lentamente esa sala va siendo devorada por la visión y se apodera completamente de mis sentidos…

Los años pasaron, lentamente, hasta que terminó la primaria y ¡oh! Sorpresa, no era el fin, seguía la escuela secundaria. Por lo menos no son tantos años como la primaria, como quiera 3 años se pasan el doble de rápido, ¿no? Pues sí, y no, porque rápido llegan los tres años y te das cuenta de que hoy en día cursar la secundaria no es suficiente, hoy entre más “preparado” estés mejores oportunidades de éxito tendrás. Con el bachillerato se entra de nuevo a una carrera de 3 años. Se siente como si fuera la continuación de la secundaria, y si hacemos cuentas, es casi como volver a cursar la escuela primaria, 6 años de instrucción intensiva y deberes escolares al por mayor. Terminando el bachillerato te enfrentas de nuevo con la siguiente pared, un título universitario es el requisito mínimo para conseguir cualquier empleo. Pues bien, aquí ya la cosa es más llevadera.  No hay restricciones, pues eres un joven adulto y estás más que preparado con 12 años de instrucción académica. En general te lleva  de 4 a 5 años terminar alguna licenciatura. Al final, luego de un extenuante y estresante proceso de dormir poco, logras salvar el barco y cumples con todas tus asignaturas, tu servicio social, tus deberes socioculturales y con la escalofriante y extenuante tesis. 

¿Todo este trabajo valió la pena, no? 

Pues, si, o bueno, casi. Todavía falta un poco más de estudio. Sin una maestría no serás alguien preparado, eso del título universitario es ya algo pasadito de moda, cualquiera puede sacar uno de esos. Hasta por internet, hasta dicen que los regalan ( no me consta, pero eso he llegado a escuchar). Pero no te preocupes, hacer una maestría es como cuando hiciste tu tesis de titulación, solo que en la maestría harás una tesis de verdad. El meollo del asunto es que esta tesis te cuesta más dinero, más tiempo, más esfuerzo, y posiblemente tendrás que trabajar en algo que no te gusta del todo pero que te de dinero suficiente para pagarte la maestría, y más importante aún, para no morir de hambre. Pero amigo, no te preocupes, son solo dos años, bueno, si te aplicas (por que si te tardar y no espabilas se te va a alargar el tiempo un par de años más). En este punto el tiempo ya es más un problema que un aliado. Porque si no tienes suficiente tiempo, en las noches, olvídate de dormir. Dormir, eso es para los que no se superan, o bueno, eso dicen. Este es el fin, casi, bueno, la verdad no. Ha sido un viaje largo, y aunque casi estás del otro lado, y pronto serás libre, solo falta una cosa más, con un doctorado. Con un Doctorado serás un dios entre mortales, estarás en el pináculo de la inteligencia, el mundo será tuyo, este solo te costará cuatro años más pero luego de esto y de más de 23 años de instrucción académica y mucho esfuerzo…

Detuve de golpe la visión, me negué a seguir palideciendo semejante tortura interminable. Me levanté de la sala de espera, con un ademán me despedí de los compañeros y proseguí al luminoso umbral de la puerta principal del colegio. Al salir vislumbre el mundo a mi alrededor y lo encontré hermoso. El aire movía mis cabellos y mi imaginación comenzó a volar también. A partir de entonces no he dejado de crear, de escribir, de compartir mi visión de las cosas con mis millones de lectores.  Desde ese día decidí no volver a pisar una institución educativa, y mira, la escuela de la vida no me ha tratado tan mal, ¿no creen?


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